Acceso constante al trono de la gracia
Acceso Constante al Trono de la Gracia
“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” Hebreos 4:16
La Biblia nos asegura que, a través de Cristo, tenemos acceso al trono de la gracia. Hebreos 4:16 nos invita a acercarnos con confianza para recibir misericordia y hallar gracia en el momento que más lo necesitamos. Este acceso no está reservado para ciertos días o momentos; es constante y siempre disponible para los que creen.
Hace poco, escuché la historia de una joven, quien había tomado la costumbre de iniciar su día con oración.
Una mañana, todo parecía salir mal: se le hizo tarde, perdió el autobús y llegó agotada al trabajo. Al sentarse en su escritorio, sintió un peso enorme sobre su corazón. En medio de su agobio, recordó este versículo y, en un acto de fe, se inclinó en su silla y oró en silencio: “Señor, necesito Tu gracia ahora mismo.”
A lo largo del día, las cosas empezaron a cambiar. Encontró soluciones rápidas a problemas complejos, y su actitud se transformó. Más tarde, compartió con su amiga que ese momento de oración había sido un refugio. No porque el día se volviera perfecto, sino porque había experimentado la paz de Dios en medio de la tormenta.
Esta historia nos recuerda que el acceso al trono de la gracia no es un privilegio exclusivo de ciertos momentos de adoración formal. Es un lugar al que podemos correr cada día, en cualquier circunstancia. Dios no pone barreras ni horarios. El camino está abierto a través de Jesús, y Su gracia está disponible siempre que la busquemos con un corazón sincero.
¿Te has detenido hoy a acercarte al trono de la gracia?
Recuerda, el Señor te está esperando, con amor y misericordia, para llenarte de lo que necesitas. Solo tienes que confiar y entrar con valentía.
Para pensar.
El trono de la gracia está abierto para que nosotros, ahora mismo, podamos acceder a Él. No es natural que sigas caminando con tus penas, tristezas y falta de ánimo, cuando Dios mismo te invita a entrar ahora a Su trono de gracia y hallar lo necesario para el oportuno socorro. En medio de un mundo de tristeza hay provisión continua de gozo, con la bendición descendiendo sobre nosotros y haciendo rebosar nuestra copa (Sal. 23:5b).
“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” Hebreos 4:16
La Biblia nos asegura que, a través de Cristo, tenemos acceso al trono de la gracia. Hebreos 4:16 nos invita a acercarnos con confianza para recibir misericordia y hallar gracia en el momento que más lo necesitamos. Este acceso no está reservado para ciertos días o momentos; es constante y siempre disponible para los que creen.
Hace poco, escuché la historia de una joven, quien había tomado la costumbre de iniciar su día con oración.
Una mañana, todo parecía salir mal: se le hizo tarde, perdió el autobús y llegó agotada al trabajo. Al sentarse en su escritorio, sintió un peso enorme sobre su corazón. En medio de su agobio, recordó este versículo y, en un acto de fe, se inclinó en su silla y oró en silencio: “Señor, necesito Tu gracia ahora mismo.”
A lo largo del día, las cosas empezaron a cambiar. Encontró soluciones rápidas a problemas complejos, y su actitud se transformó. Más tarde, compartió con su amiga que ese momento de oración había sido un refugio. No porque el día se volviera perfecto, sino porque había experimentado la paz de Dios en medio de la tormenta.
Esta historia nos recuerda que el acceso al trono de la gracia no es un privilegio exclusivo de ciertos momentos de adoración formal. Es un lugar al que podemos correr cada día, en cualquier circunstancia. Dios no pone barreras ni horarios. El camino está abierto a través de Jesús, y Su gracia está disponible siempre que la busquemos con un corazón sincero.
¿Te has detenido hoy a acercarte al trono de la gracia?
Recuerda, el Señor te está esperando, con amor y misericordia, para llenarte de lo que necesitas. Solo tienes que confiar y entrar con valentía.
Para pensar.
El trono de la gracia está abierto para que nosotros, ahora mismo, podamos acceder a Él. No es natural que sigas caminando con tus penas, tristezas y falta de ánimo, cuando Dios mismo te invita a entrar ahora a Su trono de gracia y hallar lo necesario para el oportuno socorro. En medio de un mundo de tristeza hay provisión continua de gozo, con la bendición descendiendo sobre nosotros y haciendo rebosar nuestra copa (Sal. 23:5b).
No Comments