Libre del remordimiento
LIBRE DEL REMORDIMIENTO
“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.” Juan 8:36
Escuchamos algunas personas lamentándose:
“Desearía no haber hecho esto. Ojalá no hubiera tomado esa decisión o aceptado aquello».
¿Has mirado alguna vez tu vida retrospectivamente y sintiendo remordimiento? Si es así, es probable que hayas experimentado algún tipo de herida emocional que puede caracterizarse por culpa o vergüenza continua. Es comprensible. Al vivir en un mundo caído, estamos sujetos a cometer equivocaciones que dejan marcas dolorosas. Es más, la frase, <<Ojalá nunca hubiera...», es un indicador de alerta de que hay algo profundo en nosotros que debemos arreglar delante de Dios.
Como creyentes sabemos que estamos bajo la sangre de Jesús y que nuestros pecados fueron perdonados. Y si hemos confesado nuestras transgresiones y nos hemos arrepentido, sabemos que Él es fiel para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad (1 Juan 1:9).
Pero recordemos que pecar es en esencia tratar de satisfacer nuestras necesidades a nuestra manera y no a la manera de Dios. Es probable que hay algo dentro de nosotros que todavía presenta problemas para confiar en el Señor.
Por tanto, si luchas hoy con remordimientos, ve delante de Dios y pídele que te revele el verdadero origen de tu sufrimiento. Él no solamente lo sanará, sino que te enseñará a satisfacer tus necesidades. Pero lo hará a la manera de Él y con la libertad del Señor.
Si te sientes atrapado por un remordimiento por algo que hiciste incorrectamente en un pasado y no has podido liberarte, te invito a que ores así:
”Dios y Padre, quiero entregarte mi pasado. Todo lo que me duele y se rompe en mí a causa de los errores, pecados y fracasos del pasado… Te lo doy todo ahora. Por favor, perdóname y libérame de cualquier cosa que me detenga. Ayúdame a avanzar en Ti, comenzando ahora mismo, con una pizarra limpia, en el nombre de Jesús. Amén.”
Para pensar.
Cuando haces una oración así y lo dices en serio, Dios la honrará. Y también puede ayudarte a evitar problemas en el futuro… cuando estés dispuesto a escucharle y permitirle que dirija tu camino.
“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.” Juan 8:36
Escuchamos algunas personas lamentándose:
“Desearía no haber hecho esto. Ojalá no hubiera tomado esa decisión o aceptado aquello».
¿Has mirado alguna vez tu vida retrospectivamente y sintiendo remordimiento? Si es así, es probable que hayas experimentado algún tipo de herida emocional que puede caracterizarse por culpa o vergüenza continua. Es comprensible. Al vivir en un mundo caído, estamos sujetos a cometer equivocaciones que dejan marcas dolorosas. Es más, la frase, <<Ojalá nunca hubiera...», es un indicador de alerta de que hay algo profundo en nosotros que debemos arreglar delante de Dios.
Como creyentes sabemos que estamos bajo la sangre de Jesús y que nuestros pecados fueron perdonados. Y si hemos confesado nuestras transgresiones y nos hemos arrepentido, sabemos que Él es fiel para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad (1 Juan 1:9).
Pero recordemos que pecar es en esencia tratar de satisfacer nuestras necesidades a nuestra manera y no a la manera de Dios. Es probable que hay algo dentro de nosotros que todavía presenta problemas para confiar en el Señor.
Por tanto, si luchas hoy con remordimientos, ve delante de Dios y pídele que te revele el verdadero origen de tu sufrimiento. Él no solamente lo sanará, sino que te enseñará a satisfacer tus necesidades. Pero lo hará a la manera de Él y con la libertad del Señor.
Si te sientes atrapado por un remordimiento por algo que hiciste incorrectamente en un pasado y no has podido liberarte, te invito a que ores así:
”Dios y Padre, quiero entregarte mi pasado. Todo lo que me duele y se rompe en mí a causa de los errores, pecados y fracasos del pasado… Te lo doy todo ahora. Por favor, perdóname y libérame de cualquier cosa que me detenga. Ayúdame a avanzar en Ti, comenzando ahora mismo, con una pizarra limpia, en el nombre de Jesús. Amén.”
Para pensar.
Cuando haces una oración así y lo dices en serio, Dios la honrará. Y también puede ayudarte a evitar problemas en el futuro… cuando estés dispuesto a escucharle y permitirle que dirija tu camino.
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