Te sientes contento con tu vida?

¿Te sientes contento con tu vida?
“Todas las cosas son fatigosas más de lo que el hombre puede expresar; nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír.” Eclesiastés‬ ‭1‬:‭8‬ ‭RVR1960‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬
La naturaleza humana nunca se satisface. No importa qué regalos nos haya dado Dios, queremos más. Cuando hemos recibido una prueba de la generosidad de Dios, se nos abre el apetito, no nos llenamos. Siempre esperamos la siguiente cosa buena.
Lo bueno de nuestra búsqueda constante por más es que, cuando está dirigida correctamente, podemos lograrlo. Esto puede ser sorprendente para los que hemos oído sermón tras sermón acerca de las virtudes del contentamiento. Es cierto que el deseo por las cosas de este mundo, como lo describe Salomón, nunca se satisface completamente. No obstante, hay un deseo piadoso que es recompensado con bendición tras bendición. Si nuestra insatisfacción nos mueve hacia Dios y su reino y no hacia los logros temporales, es una insatisfacción santa. Será recompensada al final. Dios nunca les niega a los que quieren más de él.
Salomón dice: «No importa cuánto veamos, nunca quedamos satisfechos. No importa cuánto oigamos, nada nos tiene contentos». ¿Es esto malo, como él lo implica? ¿O puede ser bueno? Eso depende. Es malo si nuestros deseos eternos están mal dirigidos hacia las cosas temporales. Es bueno si buscamos primero el reino de Dios y su justicia.
¿Estás insatisfecho con la vida?
Pregúntate por qué. Si estás llenando tu vida con cosas que no duran, nunca estarás satisfecho en absoluto. ¿Cómo puedes estarlo? Las cosas que buscas no son satisfactorias por naturaleza.
Sin embargo, Dios sí lo es. Si estás llenando tu vida de él (y le permites que llene tu vida con él mismo), él te satisfará, y cuando te vuelvas a sentir descontento, él te dará más. Te encontrarás totalmente contento por algún tiempo y luego te darás cuenta de que hay que descubrir mucho más de él. Tu anhelo santo te llevará más profundamente hacia su presencia. Eso no es un problema. Él es inagotable en sus riquezas. Podemos explorarlo para siempre, y si queremos más, habrá más que encontrar.
Para pensar.
Deja que las cosas temporales cumplan tu propósito, pero que las eternas sean el objeto de tu deseo

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