Entrenado para ganar
ENTRENADO PARA GANAR
“¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.” 1 Corintios 9:24
En tiempos de dificultad podemos tener problemas en mantener nuestra perspectiva, ya que las pruebas pueden desgastarnos, produciendo agotamiento y desánimo que nos distraen de nuestro objetivo. Por tanto, en tales momentos debemos comprender que no hay nada malo en pedirle al Señor que nos ayude a mantener la mirada en la meta.
Esto ocurrió en las vidas de hombres a lo largo de las Escrituras. José, David, Jeremías y Pablo enfrentaron períodos similares de presión que probaron su resistencia espiritual y emocional. Sin embargo, estos hombres lograron mantener su enfoque espiritual cuando buscaron constantemente la presencia de Dios. Hallaron victoria y esperanza en adorar a Dios aunque los problemas abundaban por todas partes. Nosotros también podemos hacer lo mismo.
Así que cuando enfrentes momentos de dificultad, por fuerte que sea la tentación, no te rinda. Recuerda que eres como un atleta en formación que se prepara para los propósitos superiores de Dios. Así que continúa fortaleciendo tu enfoque en Jesús, porque Él ciertamente te dará una poderosa victoria
¡Así que corre para ganar!”
¡Ve por el oro! No te conformes con la mediocridad como seguidor de Jesús.
Fíjate en la gracia inmerecida como la fuente de combustible que puede hacer rebosar tu corazón para que puedas seguir adelante. Mira la cruz de Cristo una y otra vez mientras corres la carrera, porque el hecho de que Dios te siga amando, fortaleciendo y santificando a pesar de tus continuas dificultades es una muy buena noticia. No olvides la ayuda del Espíritu Santo, que ha sido derramado sobre nosotros para vencer y ser coronado. Así que no te detengas!
Para pensar.
Lee este verso.“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” Filipenses 3:13-14
“¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.” 1 Corintios 9:24
En tiempos de dificultad podemos tener problemas en mantener nuestra perspectiva, ya que las pruebas pueden desgastarnos, produciendo agotamiento y desánimo que nos distraen de nuestro objetivo. Por tanto, en tales momentos debemos comprender que no hay nada malo en pedirle al Señor que nos ayude a mantener la mirada en la meta.
Esto ocurrió en las vidas de hombres a lo largo de las Escrituras. José, David, Jeremías y Pablo enfrentaron períodos similares de presión que probaron su resistencia espiritual y emocional. Sin embargo, estos hombres lograron mantener su enfoque espiritual cuando buscaron constantemente la presencia de Dios. Hallaron victoria y esperanza en adorar a Dios aunque los problemas abundaban por todas partes. Nosotros también podemos hacer lo mismo.
Así que cuando enfrentes momentos de dificultad, por fuerte que sea la tentación, no te rinda. Recuerda que eres como un atleta en formación que se prepara para los propósitos superiores de Dios. Así que continúa fortaleciendo tu enfoque en Jesús, porque Él ciertamente te dará una poderosa victoria
¡Así que corre para ganar!”
¡Ve por el oro! No te conformes con la mediocridad como seguidor de Jesús.
Fíjate en la gracia inmerecida como la fuente de combustible que puede hacer rebosar tu corazón para que puedas seguir adelante. Mira la cruz de Cristo una y otra vez mientras corres la carrera, porque el hecho de que Dios te siga amando, fortaleciendo y santificando a pesar de tus continuas dificultades es una muy buena noticia. No olvides la ayuda del Espíritu Santo, que ha sido derramado sobre nosotros para vencer y ser coronado. Así que no te detengas!
Para pensar.
Lee este verso.“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” Filipenses 3:13-14
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