Que estas dispuesto a ofrecerle a Dios
¿Qué estás dispuesto a ofrecerle a Dios?
“…No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo.“ Juan
Muchas personas se pierden la abundante bendición de Dios porque no le atribuyen esas bendiciones a Él y mantienen áreas de sus vidas en secreto.
Se niegan a darle cualquier cosa que represente un verdadero sacrificio: recursos económicos, posesiones, tiempo o talentos. Algunos hacen esto por ignorancia, otros por rebelión, y otros más por falta de confianza en que el Señor les suplirá sus necesidades.
No obstante, si queremos ser bendecidos de veras, debemos ser generosos con Dios. Como en todos los demás aspectos, la medida en que nos abrimos al Señor para dar es aquella en la cual nos abrimos para recibir de Él. Según leemos en 2 Corintios 9:6, «el que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará».
¿Por qué nos pide Dios que seamos sacrificados y generosos con su obra?
Creo que es porque hasta cierto punto nuestro dinero, nuestro tiempo y nuestros recursos son un reflejo de nosotros mismos. Nuestra generosidad revela el grado en que confiamos en que Dios suplirá lo que necesitamos.
Dios nos pide que seamos sacrificados y generosos con Su obra porque esto refleja Su carácter en nosotros y fortalece nuestra fe. Él mismo nos dio el mayor ejemplo al sacrificar a Su Hijo, Jesús, para nuestra salvación. Al ser generosos, aprendemos a depender de Su provisión y a priorizar lo eterno sobre lo terrenal. Además, nuestra generosidad permite que Su Reino avance y bendice a otros.
Para pensar.
Cómo está tu corazón? Crees firmemente en que todo lo que tenemos es por su gracia divina y su misericordia?
“…No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo.“ Juan
Muchas personas se pierden la abundante bendición de Dios porque no le atribuyen esas bendiciones a Él y mantienen áreas de sus vidas en secreto.
Se niegan a darle cualquier cosa que represente un verdadero sacrificio: recursos económicos, posesiones, tiempo o talentos. Algunos hacen esto por ignorancia, otros por rebelión, y otros más por falta de confianza en que el Señor les suplirá sus necesidades.
No obstante, si queremos ser bendecidos de veras, debemos ser generosos con Dios. Como en todos los demás aspectos, la medida en que nos abrimos al Señor para dar es aquella en la cual nos abrimos para recibir de Él. Según leemos en 2 Corintios 9:6, «el que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará».
¿Por qué nos pide Dios que seamos sacrificados y generosos con su obra?
Creo que es porque hasta cierto punto nuestro dinero, nuestro tiempo y nuestros recursos son un reflejo de nosotros mismos. Nuestra generosidad revela el grado en que confiamos en que Dios suplirá lo que necesitamos.
Dios nos pide que seamos sacrificados y generosos con Su obra porque esto refleja Su carácter en nosotros y fortalece nuestra fe. Él mismo nos dio el mayor ejemplo al sacrificar a Su Hijo, Jesús, para nuestra salvación. Al ser generosos, aprendemos a depender de Su provisión y a priorizar lo eterno sobre lo terrenal. Además, nuestra generosidad permite que Su Reino avance y bendice a otros.
Para pensar.
Cómo está tu corazón? Crees firmemente en que todo lo que tenemos es por su gracia divina y su misericordia?
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