Preparados para recibir bendicion
Preparados para recibir bendición
Que te conceda lo que tu corazón desea; que haga que se cumplan todos tus planes. Salmo 20:4
Había una vez un hombre que deseaba profundamente recibir una bendición especial de Dios. Había escuchado que un sabio anciano en su pueblo tenía las respuestas que buscaba, así que fue a visitarlo. Al llegar, el anciano lo invitó a sentarse y le ofreció una taza de té.
El hombre comenzó a explicarle todas las cosas que quería recibir: prosperidad, salud, éxito en su trabajo, y muchas más. Mientras hablaba, el anciano empezó a servir té en su taza, pero no se detenía. El té comenzó a derramarse, y el hombre, sorprendido, le dijo:
—¡Detente! ¡La taza ya está llena!
El anciano sonrió y le respondió:
—Exactamente. Así como esta taza, tú llegaste lleno de tus propios planes, ideas y deseos. Si deseas recibir la bendición de Dios, primero debes vaciarte para que Él pueda llenarte con lo que realmente necesitas.
A veces, estamos tan ocupados con nuestras preocupaciones, metas personales o ideas de cómo Dios debería obrar, que no dejamos espacio para Su voluntad en nuestras vidas. Prepararse para recibir una bendición significa estar dispuestos a vaciar nuestro corazón, soltar el control y permitir que Él obre a Su manera.
¿Estás listo para recibir lo que Dios quiere darte?
Tal vez sea algo diferente a lo que esperabas, pero siempre será lo mejor para tu vida. Hoy es el momento de presentarte delante de Él con humildad, con una “taza vacía”, y decirle: “Señor, lléname con lo que Tú tienes preparado para mí”.
Para pensar.
Las mayores bendiciones llegan a quienes están preparados para recibirlas con fe y obediencia. ¡Espera con confianza y verás Su gloria!
Que te conceda lo que tu corazón desea; que haga que se cumplan todos tus planes. Salmo 20:4
Había una vez un hombre que deseaba profundamente recibir una bendición especial de Dios. Había escuchado que un sabio anciano en su pueblo tenía las respuestas que buscaba, así que fue a visitarlo. Al llegar, el anciano lo invitó a sentarse y le ofreció una taza de té.
El hombre comenzó a explicarle todas las cosas que quería recibir: prosperidad, salud, éxito en su trabajo, y muchas más. Mientras hablaba, el anciano empezó a servir té en su taza, pero no se detenía. El té comenzó a derramarse, y el hombre, sorprendido, le dijo:
—¡Detente! ¡La taza ya está llena!
El anciano sonrió y le respondió:
—Exactamente. Así como esta taza, tú llegaste lleno de tus propios planes, ideas y deseos. Si deseas recibir la bendición de Dios, primero debes vaciarte para que Él pueda llenarte con lo que realmente necesitas.
A veces, estamos tan ocupados con nuestras preocupaciones, metas personales o ideas de cómo Dios debería obrar, que no dejamos espacio para Su voluntad en nuestras vidas. Prepararse para recibir una bendición significa estar dispuestos a vaciar nuestro corazón, soltar el control y permitir que Él obre a Su manera.
¿Estás listo para recibir lo que Dios quiere darte?
Tal vez sea algo diferente a lo que esperabas, pero siempre será lo mejor para tu vida. Hoy es el momento de presentarte delante de Él con humildad, con una “taza vacía”, y decirle: “Señor, lléname con lo que Tú tienes preparado para mí”.
Para pensar.
Las mayores bendiciones llegan a quienes están preparados para recibirlas con fe y obediencia. ¡Espera con confianza y verás Su gloria!
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