El Espíritu Santo en la navidad
EL ESPÍRITU SANTO EN LA NAVIDAD
Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. Lucas 1:35
Este pasaje de Lucas 1:35 es un recordatorio poderoso del misterio de la encarnación y de la obra milagrosa de Dios al enviar a su Hijo al mundo. Es la historia del mayor regalo de Dios, llevado a cabo a través de la obediencia y humildad de una joven mujer llamada María.
Hace un tiempo, un pastor contaba una experiencia que vivió cuando se encontraba en su oficina preparando el mensaje de Navidad. Su hijo pequeño entró corriendo y, con una fe sencilla y directa, le dijo: “Papá, ¿te das cuenta que Jesús dejó su casa para venir a la nuestra?” El pastor, inicialmente ocupado en sus notas teológicas, se detuvo de inmediato. Aquella frase tan simple y profunda lo conmovió. “¿Cómo puede ser?”, pensó. Pero así fue: Dios envió a su Hijo para habitar entre nosotros.
Esa conversación le recordó que a veces nos complicamos tratando de entender lo profundo del plan de Dios, pero la verdad más hermosa es esta: el Espíritu Santo obró un milagro para que el Salvador viniera al mundo y habitara en medio de nosotros.
Así como María fue cubierta por el poder del Altísimo para cumplir su propósito, también nosotros somos invitados a confiar en Su poder para vivir la misión que Él ha puesto en nuestras vidas. No somos llamados a entenderlo todo, sino a creer y a obedecer, tal como lo hizo María.
Para pensar.
Cuando el Espíritu Santo obra en nuestras vidas, cosas sobrenaturales suceden, y podemos ser parte de Su plan eterno.
Jesús no solo vino a la casa de María, ¡vino también a la nuestra!
¿Crees tú que ha llegado a la tuya?
Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. Lucas 1:35
Este pasaje de Lucas 1:35 es un recordatorio poderoso del misterio de la encarnación y de la obra milagrosa de Dios al enviar a su Hijo al mundo. Es la historia del mayor regalo de Dios, llevado a cabo a través de la obediencia y humildad de una joven mujer llamada María.
Hace un tiempo, un pastor contaba una experiencia que vivió cuando se encontraba en su oficina preparando el mensaje de Navidad. Su hijo pequeño entró corriendo y, con una fe sencilla y directa, le dijo: “Papá, ¿te das cuenta que Jesús dejó su casa para venir a la nuestra?” El pastor, inicialmente ocupado en sus notas teológicas, se detuvo de inmediato. Aquella frase tan simple y profunda lo conmovió. “¿Cómo puede ser?”, pensó. Pero así fue: Dios envió a su Hijo para habitar entre nosotros.
Esa conversación le recordó que a veces nos complicamos tratando de entender lo profundo del plan de Dios, pero la verdad más hermosa es esta: el Espíritu Santo obró un milagro para que el Salvador viniera al mundo y habitara en medio de nosotros.
Así como María fue cubierta por el poder del Altísimo para cumplir su propósito, también nosotros somos invitados a confiar en Su poder para vivir la misión que Él ha puesto en nuestras vidas. No somos llamados a entenderlo todo, sino a creer y a obedecer, tal como lo hizo María.
Para pensar.
Cuando el Espíritu Santo obra en nuestras vidas, cosas sobrenaturales suceden, y podemos ser parte de Su plan eterno.
Jesús no solo vino a la casa de María, ¡vino también a la nuestra!
¿Crees tú que ha llegado a la tuya?
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