“La Incredulidad y nuestra relación con Dios”.

“La Incredulidad y nuestra relación con Dios”. 

 “Y sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” Hebreos 11:6

La incredulidad puede ser uno de los mayores obstáculos en nuestra relación con Dios. Es como un muro que bloquea nuestra capacidad de ver Su poder y confiar en Su plan. Sin embargo, la Escritura nos recuerda que la fe es esencial para agradar a Dios, porque nuestra confianza en Él refleja nuestra dependencia y reverencia.

En la Biblia encontramos ejemplos de hombres y mujeres que enfrentaron momentos de incredulidad. Tomemos a Tomás como ejemplo, el discípulo que dijo que no creería en la resurrección de Jesús hasta tocar Sus heridas (Juan 20:25).

Jesús no lo rechazó por su incredulidad, sino que le dio la oportunidad de creer mostrándole las pruebas que necesitaba. Esto nos enseña que, aunque la incredulidad sea natural en algunos momentos, Dios es paciente y nos invita a acercarnos con sinceridad.

Muchas veces, nuestra incredulidad surge del temor, las decepciones o las circunstancias difíciles. Pero es en esos momentos cuando debemos recordar quién es Dios: un Padre fiel, amoroso y todopoderoso. Él no nos llama a tener una fe perfecta, sino una fe sincera, aunque sea del tamaño de un grano de mostaza (Mateo 17:20).

¿Hay áreas en tu vida donde estás luchando con incredulidad?

Pídele a Dios que te ayude a fortalecer tu fe y a confiar en Su fidelidad.
Hoy, identifica una promesa de Dios en Su Palabra que aún te cuesta creer y medita en ella. Declara en oración que confiarás en Él, incluso cuando no veas la respuesta de inmediato.

Para pensar.
 La fe no siempre elimina las dudas, pero sí nos lleva a confiar en el carácter de Dios por encima de las circunstancias. ¡Cree y confía!
“Confía en el Señor de todo corazón y no te apoyes en tu propia prudencia.” Proverbios 3:5

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