¡Toda la tierra está llena de su Gloria
¡Toda la tierra está llena de su Gloria!
...¡Santo, Santo, Santo es el Señor de los Ejércitos Celestiales! ¡Toda la tierra está llena de su gloria!». Isaías 6.3
Cuando conoces a Dios, encuentras la gloria perfeccionada
Este pasaje es uno de los más notables de toda la Sagrada Escritura.
Es notable por la escena de magnífica, etérea y embellecedora gloria.
El peso cósmico pleno de la pureza de la luz cegadora, centrada en el mismísimo creador de todo el universo.
Cabe destacar que esta gloria aparece en la historia.
El reconoció y dijo: «¡Todo se ha acabado para mí! Estoy condenado, porque soy un pecador. Tengo labios impuros, y vivo en medio de un pueblo de labios impuros; sin embargo, he visto al Rey, el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales». Isaías 6.5 NTV
Es decir, en esa noche espiritual Dios no solo le mostró el cielo también se mostró a sí mismo y esa combinación lo transformó.
Todos nosotros también necesitamos ese tipo de encuentros no solo visiones de poder sino confrontaciones de verdad.
Nuestras noches de insomnio pueden estar gritando lo mismo hay de mí porque cuando todo se apaga y no hay más máscaras descubrimos lo que realmente somos y ese descubrimiento duele, pero es necesario porque solo el que se reconoce necesitado está listo para ser usado.
Viendo al Señor y escuchando la alabanza de los ángeles, Isaías se dio cuenta de que era impuro ante Dios, sin ninguna esperanza para poder alcanzar el nivel de santidad de Él.
Sin embargo, cuando el carbón encendido tocó sus labios, le dijeron que sus pecados eran pecados. No fue el carbón lo que lo limpió, sino Dios.
Esa es la obra de Dios en nuestras madrugadas nos limpia nos prepara nos transforma porque no basta con ver el trono hay que ser purificado por el fuego
hay que pasar por ese toque Santo que quema el pecado y enciende el propósito
Para pensar.
¿Estás dispuesto a ser purificado por Dios?
...¡Santo, Santo, Santo es el Señor de los Ejércitos Celestiales! ¡Toda la tierra está llena de su gloria!». Isaías 6.3
Cuando conoces a Dios, encuentras la gloria perfeccionada
Este pasaje es uno de los más notables de toda la Sagrada Escritura.
Es notable por la escena de magnífica, etérea y embellecedora gloria.
El peso cósmico pleno de la pureza de la luz cegadora, centrada en el mismísimo creador de todo el universo.
Cabe destacar que esta gloria aparece en la historia.
El reconoció y dijo: «¡Todo se ha acabado para mí! Estoy condenado, porque soy un pecador. Tengo labios impuros, y vivo en medio de un pueblo de labios impuros; sin embargo, he visto al Rey, el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales». Isaías 6.5 NTV
Es decir, en esa noche espiritual Dios no solo le mostró el cielo también se mostró a sí mismo y esa combinación lo transformó.
Todos nosotros también necesitamos ese tipo de encuentros no solo visiones de poder sino confrontaciones de verdad.
Nuestras noches de insomnio pueden estar gritando lo mismo hay de mí porque cuando todo se apaga y no hay más máscaras descubrimos lo que realmente somos y ese descubrimiento duele, pero es necesario porque solo el que se reconoce necesitado está listo para ser usado.
Viendo al Señor y escuchando la alabanza de los ángeles, Isaías se dio cuenta de que era impuro ante Dios, sin ninguna esperanza para poder alcanzar el nivel de santidad de Él.
Sin embargo, cuando el carbón encendido tocó sus labios, le dijeron que sus pecados eran pecados. No fue el carbón lo que lo limpió, sino Dios.
Esa es la obra de Dios en nuestras madrugadas nos limpia nos prepara nos transforma porque no basta con ver el trono hay que ser purificado por el fuego
hay que pasar por ese toque Santo que quema el pecado y enciende el propósito
Para pensar.
¿Estás dispuesto a ser purificado por Dios?
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