Balanzas, pesas y medidas justas debemos tener.
Balanzas, pesas y medidas justas debemos tener.
Tus balanzas y pesas deben ser exactas. Tus recipientes para medir materiales secos o líquidos deben ser exactos.73 Yo soy el Señor tu Dios quien te sacó de la tierra de Egipto. Levítico 19.36
Este verso nos instruye a ser justos en las mediciones de peso, volumen y cantidad, usando balanzas y pesas exactas para evitar el fraude en el comercio, lo que implica integridad en los negocios y la obligación de no engañar al prójimo, pues Dios es el que demanda esta conducta justa.
Detalles de la reflexión:
Justicia en el comercio:
El pasaje prohíbe explícitamente usar mediciones falsas de longitud, peso o calidad, especificando el uso de balanzas y piedras (un equipo habitual en el comercio) para garantizar la exactitud de las transacciones.
Integridad y honradez:
Esta enseñanza llama a la integridad en las transacciones comerciales, requiriendo que se actúe con honestidad y se evite cualquier tipo de fraude o engaño.
Demanda divina de santidad:
La frase "Yo Jehová" o "Yo soy el Señor" que aparece frecuentemente al final de los mandamientos en Levítico 19 subraya que estas leyes reflejan el carácter santo de Dios y que el pueblo de Dios está llamado a imitarlo a través de su obediencia.
El reflejo de la ley del amor:
Este mandamiento, junto con otros en el capítulo, es una expresión concreta de cómo vivir el mandamiento de amar al prójimo como a uno mismo (Levítico 19:18) en todas las áreas de la vida, incluyendo las relaciones comerciales.
Dar medida justa es, en realidad, una gran cosa.
El cristiano debe ser cuidadoso en esto.
Las medidas con las cuales estimamos nuestras obligaciones y responsabilidades dan la impresión de ser más bien pequeñas:
Para pensar.
Tus balanzas y pesas deben ser exactas. Tus recipientes para medir materiales secos o líquidos deben ser exactos.73 Yo soy el Señor tu Dios quien te sacó de la tierra de Egipto. Levítico 19.36
Este verso nos instruye a ser justos en las mediciones de peso, volumen y cantidad, usando balanzas y pesas exactas para evitar el fraude en el comercio, lo que implica integridad en los negocios y la obligación de no engañar al prójimo, pues Dios es el que demanda esta conducta justa.
Detalles de la reflexión:
Justicia en el comercio:
El pasaje prohíbe explícitamente usar mediciones falsas de longitud, peso o calidad, especificando el uso de balanzas y piedras (un equipo habitual en el comercio) para garantizar la exactitud de las transacciones.
Integridad y honradez:
Esta enseñanza llama a la integridad en las transacciones comerciales, requiriendo que se actúe con honestidad y se evite cualquier tipo de fraude o engaño.
Demanda divina de santidad:
La frase "Yo Jehová" o "Yo soy el Señor" que aparece frecuentemente al final de los mandamientos en Levítico 19 subraya que estas leyes reflejan el carácter santo de Dios y que el pueblo de Dios está llamado a imitarlo a través de su obediencia.
El reflejo de la ley del amor:
Este mandamiento, junto con otros en el capítulo, es una expresión concreta de cómo vivir el mandamiento de amar al prójimo como a uno mismo (Levítico 19:18) en todas las áreas de la vida, incluyendo las relaciones comerciales.
Dar medida justa es, en realidad, una gran cosa.
El cristiano debe ser cuidadoso en esto.
Las medidas con las cuales estimamos nuestras obligaciones y responsabilidades dan la impresión de ser más bien pequeñas:
- Cuando un rico no da a la causa de Cristo más de lo que contribuye un pobre, ¿es eso justo e injusto?
- Cuando los pastores están medio muertos de hambre, ¿es ese un proceder justo?
- Cuando los pobres son menospreciados mientras se admira a los ricos impíos, ¿es esa una balanza justa?
Para pensar.
- Que haces cuando estas en tu negocio y sabes que puedes sacar ventaja del que tienes al frente...
- Cuando estás en tu trabajo y tienes un jefe que es avaro y mal intencionado con sus clientes y tu tienes que hacer lo que el te diga y sabes que hagas... te vas o te quedas en ese empleo...
- ¿Funcionan bien las balanzas en las cuales pesamos nuestro carácter y el carácter de los otros hombres?
- ¿No estamos convirtiendo en kilos nuestros gramos de bondad y en litros los decalitros de los demás? Cristiano, mira bien cómo andan esas pesas y medidas.
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