La ansiedad es como el mar que no se puede calmar

La ansiedad es como el mar que no se puede calmar

Avergonzadas están Hamat y Arfad. Porque han oído malas noticias están desalentadas.
Hay ansiedad como en el mar que no se puede calmar.Jeremias 
49.23

Este verso compara la ansiedad de las ciudades de Damasco, Hamat y Arfad con la del mar por la incesante agitación y el caos que les causó la noticia de la inminente destrucción por Babilonia.
 
La reflexión es que, ante el desastre y la desesperación, la única fuente de paz duradera es Dios, ya que el mundo y sus naciones son inestables y cambian, no así la paz que Él ofrece.

Sabemos poco acerca de qué ansiedad puede haber en el mar en estos momentos. Nosotros estamos seguros en nuestras tranquilas habitaciones; pero lejos, en el salado mar, la tempestad estará, quizá, segando las vidas de los hombres.

Cuando estudiamos el contexto del pasaje vemos:
La noticia de la destrucción:
El pasaje se refiere a Damasco y sus ciudades asociadas, Hamat y Arfad, que son avisadas de una "mala noticia" que les causa gran conmoción y desesperanza.

La ira de Dios:
El capítulo 49 de Jeremías describe el juicio de Dios contra varias naciones que se habían rebelado o no se habían sometido a su autoridad, incluyendo Damasco.

El castigo divino:
El castigo para estas naciones, como también para Judá, vendría a través del poder babilónico.

La metáfora del mar agitado
Caos y desasosiego:
La frase "ansiedad como en el mar que no se puede calmar" es una metáfora que describe un estado de agitación y temor que no tiene fin ni solución en sí mismo. El mar, al ser agitado, se caracteriza por su movimiento constante e inquietud.

Inestabilidad del mundo:
La metáfora resalta la inestabilidad de las naciones y los reinos del mundo, los cuales, ante las crisis y las malas noticias, caen en un estado de pánico y desesperanza.

Para pensar.

La búsqueda de paz en Dios:
  • La metáfora del mar nos anima a buscar la paz en un lugar seguro y firme: Dios, quien permanece inmutable ante el caos del mundo.
La fuente de la verdadera paz:
  • La paz que Dios ofrece es diferente a la que se encuentra en el mundo, ya que es una paz que trasciende el entendimiento y que se encuentra en Él, incluso en medio de la adversidad más grande.

     

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