Conozca la verdad

Conozca la verdad

Jesús le dijo a la gente que creyó en él:
—Ustedes son verdaderamente mis discípulos si se mantienen fieles a mis enseñanzas; 32 y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres. JUAN 8:31–32



En el devocional de ayer  hablábamos de Mery, hoy me gustaría hablarles de su esposo John, una persona de bajo perfil. Era un hombre que había sido maltratado verbalmente por su madre y era molestado por sus compañeros de juego en la niñez.

Odiaba la confrontación y no podía enfrentar la fuerte voluntad de Mary. A su propio modo, se podía decir que John era un prisionero tanto como su esposa. Él la culpaba; ella lo culpaba a él, y aquí volvemos a ver los caminos engañosos de Satanás de nuevo.

John estaba convencido de que no valía la pena enfrentar a nadie; de todos modos iba a perder. Él pensaba que la única manera de ir por la vida era ser tranquilo y aceptar lo que sucediera.

John también creía otra mentira del diablo: que no era verdaderamente amado por Dios. ¿Cómo podría serlo? No era digno de ser amado. Ya que se sentía así, había creído las mentiras del diablo. “Sentía como si Dios le estuviera diciendo al mundo: ‘Cree en Jesús y serás salvo’. Entré en cierto tipo de oferta o paquete que Dios me ofrecía, pero nunca sentí que fuera digno de ser amado”.

Esa es una de las mayores mentiras de Satanás:
“No eres nadie. No vales nada”. Si el enemigo de su mente lo puede convencer de que usted es demasiado malo o de muy poca dignidad, ha establecido una fortaleza en su mente.

Aunque John era cristiano, su mente había sido aprisionada por su enemigo. John tuvo que aprender que Él es importante para Dios. Durante mucho tiempo no supo la verdad. Su madre no le había dicho que fuera bueno, digno o un hijo de Dios. Sus amigos no lo alentaban, y en los primeros años de su matrimonio con Mary sus críticas lo convencieron todavía más de que era un fracaso sin esperanza.

John necesita saber que es amado, y que es tan valioso para el Reino de Dios como Pablo, Moisés o cualquier otro. Jesús se preocupa por él, y está con él.

Para que John gane esta batalla y derribe las fortalezas mentales que el diablo ha construido, necesita conocer la verdad. Jesús dijo: “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:31–32).

John ha ido conociendo la verdad a medida que lee la Palabra de Dios, ora y medita en lo que dice. También aprende a medida que aplica la Palabra de Dios a su vida diaria y tiene la experiencia de verla funcionar como Jesús dijo que lo haría. La experiencia con frecuencia es la mejor maestra. He aprendido de la Palabra de Dios y de las experiencias de la vida que la Palabra de Dios está llena de poder y que destruirá las fortalezas que Satanás ha edificado en nuestra mente.

Usted no puede ser libre a menos que conozca que todas las armas para la guerra están disponibles para usted y que puede aprender a usarlas. A medida que aprenda a resistir a Satanás y a llamarlo un mentiroso, su vida cambiará dramáticamente para bien.

Oremos
Señor Dios del cielo, recuérdame que soy importante para ti y que soy amado por ti, incluso si no me siento amado. Ayúdame a descubrir que soy tan importante para ti como cualquier otro cristiano y que me amas tanto como los amas a ellos. Te agradezco en el nombre de Jesucristo. Amén.

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