Mentes dispuestas
Mentes dispuestas
Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.—HECHOS 17:11
Este verso destaca a los creyentes de Berea por su nobleza y diligencia al recibir el mensaje del Evangelio, escudriñando las Escrituras diariamente para verificar la verdad de las enseñanzas de Pablo y Silas, lo cual llevó a muchos a creer.
Esta actitud de recibir la Palabra con solicitud y examinar las Escrituras como la autoridad final es un modelo para los cristianos, fomentando un estudio bíblico profundo y la confirmación de la verdad.
En el libro de los Hechos. Los apóstoles Pablo y Silas predicaron en Tesalónica, y la gente trató de matarlos, así que los creyentes los ayudaron a huir. Desde allí, se fueron a la ciudad de Berea.
Lucas registra que esas personas eran más nobles en su manera de pensar porque recibieron el mensaje “con toda solicitud”, o como me gusta decir, tenían mentes dispuestas.
Eso significa que eran personas que estaban abiertas a Dios: estaban dispuestas a escuchar lo que Dios dijera sin importar si eran buenas o malas noticias.
Si le preguntara a un grupo de cristianos: “¿Tienen la mente dispuesta?”, ellos de inmediato dirían que sí. Eso es lo que suponemos que significa ser cristiano: estar listo, abierto, dispuesto a escuchar a Dios y ser obediente a lo que Él diga.
Para muchas personas tener una mente dispuesta significa que están listos y abiertos si el mensaje es lo que ellos quieren escuchar. Si no es lo que ellos quieren escuchar, no tratan de asesinar a los mensajeros como los de Tesalónica, pero dicen: “Ah, ya sabemos todo eso”, y dejan de escuchar.
¿Qué significa realmente tener la mente dispuesta?
Significa estar dispuesto a alejarse de cada mentira y engaño que Satanás ofrece. Significa estar dispuesto a decir: “Me equivoqué”. Significa que en lugar de escuchar solamente lo que queremos escuchar, escuchamos lo que necesitamos escuchar.
Tener la mente dispuesta significa que discernimos la fuente de la voz. Nos encanta escuchar palabras que nos hagan sentir bien y que nos animen, pero no nos gustan las palabras que nos hacen estar conscientes de nuestras fallas.
En la batalla de Satanás por nuestra mente, uno de sus trucos es convencernos de que un mensaje no es importante o de que ya lo sabemos. Incluso puede decirnos que el mensaje no es correcto, y al hacerlo, evita que escuchemos lo que realmente necesitamos escuchar para obtener nuestra propia libertad.
Por ejemplo, un pastor predicó un sermón en contra del chisme un día. Dirigió su mensaje a una mujer que se deleitaba en contarle a la gente acerca de los demás. Si había algo que ella no sabía de un asunto, permitía que su imaginación lo llenara. Al final del servicio, le dijo al pastor: “Ese fue un mensaje excelente.
Muchas personas en esa iglesia necesitan escuchar eso”.
El pastor dijo que ella no estaba siendo sarcástica o hipócrita. Simplemente no entendió el mensaje. No tenía esa mente dispuesta; la mente que está abierta a recibir un mensaje de gracia y ayuda de parte de Dios. Nunca se le ocurrió que ella necesitaba el mensaje. Tener una mente dispuesta, no siempre es fácil. De hecho, entre más seriamente quiere el Espíritu Santo tratar con nosotros, más Satanás trata de convencernos de que “ya sabemos todo eso” o que no es algo que necesitamos escuchar.
Oración
Señor Jesús, por favor dame una mente dispuesta. Habilítame para escucharte clara y fácilmente. Habilítame para decir: “Sí, Señor”, sin importar lo que tu Espíritu me diga. Quiero tener una mente dispuesta que te agrade en todo. Te pido esto en tu nombre. Amén.
Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.—HECHOS 17:11
Este verso destaca a los creyentes de Berea por su nobleza y diligencia al recibir el mensaje del Evangelio, escudriñando las Escrituras diariamente para verificar la verdad de las enseñanzas de Pablo y Silas, lo cual llevó a muchos a creer.
Esta actitud de recibir la Palabra con solicitud y examinar las Escrituras como la autoridad final es un modelo para los cristianos, fomentando un estudio bíblico profundo y la confirmación de la verdad.
En el libro de los Hechos. Los apóstoles Pablo y Silas predicaron en Tesalónica, y la gente trató de matarlos, así que los creyentes los ayudaron a huir. Desde allí, se fueron a la ciudad de Berea.
Lucas registra que esas personas eran más nobles en su manera de pensar porque recibieron el mensaje “con toda solicitud”, o como me gusta decir, tenían mentes dispuestas.
Eso significa que eran personas que estaban abiertas a Dios: estaban dispuestas a escuchar lo que Dios dijera sin importar si eran buenas o malas noticias.
Si le preguntara a un grupo de cristianos: “¿Tienen la mente dispuesta?”, ellos de inmediato dirían que sí. Eso es lo que suponemos que significa ser cristiano: estar listo, abierto, dispuesto a escuchar a Dios y ser obediente a lo que Él diga.
Para muchas personas tener una mente dispuesta significa que están listos y abiertos si el mensaje es lo que ellos quieren escuchar. Si no es lo que ellos quieren escuchar, no tratan de asesinar a los mensajeros como los de Tesalónica, pero dicen: “Ah, ya sabemos todo eso”, y dejan de escuchar.
¿Qué significa realmente tener la mente dispuesta?
Significa estar dispuesto a alejarse de cada mentira y engaño que Satanás ofrece. Significa estar dispuesto a decir: “Me equivoqué”. Significa que en lugar de escuchar solamente lo que queremos escuchar, escuchamos lo que necesitamos escuchar.
Tener la mente dispuesta significa que discernimos la fuente de la voz. Nos encanta escuchar palabras que nos hagan sentir bien y que nos animen, pero no nos gustan las palabras que nos hacen estar conscientes de nuestras fallas.
En la batalla de Satanás por nuestra mente, uno de sus trucos es convencernos de que un mensaje no es importante o de que ya lo sabemos. Incluso puede decirnos que el mensaje no es correcto, y al hacerlo, evita que escuchemos lo que realmente necesitamos escuchar para obtener nuestra propia libertad.
Por ejemplo, un pastor predicó un sermón en contra del chisme un día. Dirigió su mensaje a una mujer que se deleitaba en contarle a la gente acerca de los demás. Si había algo que ella no sabía de un asunto, permitía que su imaginación lo llenara. Al final del servicio, le dijo al pastor: “Ese fue un mensaje excelente.
Muchas personas en esa iglesia necesitan escuchar eso”.
El pastor dijo que ella no estaba siendo sarcástica o hipócrita. Simplemente no entendió el mensaje. No tenía esa mente dispuesta; la mente que está abierta a recibir un mensaje de gracia y ayuda de parte de Dios. Nunca se le ocurrió que ella necesitaba el mensaje. Tener una mente dispuesta, no siempre es fácil. De hecho, entre más seriamente quiere el Espíritu Santo tratar con nosotros, más Satanás trata de convencernos de que “ya sabemos todo eso” o que no es algo que necesitamos escuchar.
Oración
Señor Jesús, por favor dame una mente dispuesta. Habilítame para escucharte clara y fácilmente. Habilítame para decir: “Sí, Señor”, sin importar lo que tu Espíritu me diga. Quiero tener una mente dispuesta que te agrade en todo. Te pido esto en tu nombre. Amén.
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