Tenga cuidado con lo que piensa
Tenga cuidado con lo que piensa
Sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará. SALMO 1:2–3
En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti. En tus mandamientos meditaré; consideraré tus caminos. SALMO 119:11, 15
En los primeros días de las computadoras, solían decir: “Si entra basura, sale basura”. Era una manera de explicar que la computadora solamente trabajaba con la información que se ponía en la máquina.
Si queríamos resultados distintos, necesitábamos introducir información diferente.
Con las computadoras, la mayoría de la gente no tiene problemas para entender este concepto, pero cuando se trata de su mente, no parecen entenderlo. O posiblemente, no quieren comprenderlo. Muchas cosas exigen su atención y ruegan por su concentración, y no son solo cosas pecaminosas. El apóstol Pablo dijo que aunque todo le estaba permitido, no todo le convenía (vea 1 Corintios 6:12).
Si usted va a ganar la batalla de la mente y a derrotar a su enemigo, es crucial dónde enfoque su atención. Entre más medite en la Palabra de Dios, se volverá más fuerte y podrá ganar las victorias con mayor facilidad.
Demasiados cristianos no se dan cuenta de la diferencia entre meditar en la Biblia y leer la Biblia. Les gusta pensar que cada vez que leen la Palabra de Dios, están absorbiendo las cosas profundas de Dios.
Muy a menudo la gente lee un capítulo de la Biblia, y cuando llega al último versículo, no tienen idea de lo que acaban de leer. Los que meditan en la Palabra de Dios son aquellos que piensan—y piensan seriamente—en lo que están leyendo.
Quizá no lo digan de esa manera, pero están diciendo: “Dios, háblame. Enséñame. Mientras medito en tu Palabra, revélame su profundidad”.
En los epígrafes del capítulo cité el Salmo 1. Este salmo comienza definiendo a la persona que es bienaventurada, y luego señala las acciones correctas de esa persona.
El salmista escribió que los que meditan—y que lo hacen de día y de noche—son como árboles fructíferos…y que todo lo que hacen prosperará.
El salmista es bastante claro en que meditar en la Palabra de Dios, y pensar en ella, genera resultados. A medida que usted medite en quién es Dios y lo que está diciéndole, usted va a crecer.
Realmente es así de simple. Otra manera de decirlo es que usted se convierte en aquello en lo que se enfoca. Si usted lee y permite que su mente se enfoque en el amor y el poder de Dios, eso es lo que opera en usted. El apóstol Pablo lo dice hermosamente en:
Filipenses 4:8:
“…todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”.
Es triste, pero la mayoría de los cristianos no se esfuerzan mucho en el estudio de la Palabra. Van a escuchar a otros enseñar y predicar, es probable que escuchen grabaciones y lean la Biblia ocasionalmente, pero no están dedicados a hacer de la Palabra de Dios una parte importante de su vida.
Tenga cuidado con lo que piensa. Entre más piense en cosas buenas, su vida tendrá un mejor aspecto. Entre más piense en Jesucristo y los principios que Él enseñó, más se volverá como Jesús y se volverá más fuerte. Y a medida que usted crezca, ganará la batalla de su mente.
Oración
Señor Dios, ayúdame a pensar en las cosas que te honran. Llena mi vida con hambre por más de ti y de tu Palabra para que todo lo que haga prospere. Te pido eso por medio de Jesucristo. Amén.
Sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará. SALMO 1:2–3
En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti. En tus mandamientos meditaré; consideraré tus caminos. SALMO 119:11, 15
En los primeros días de las computadoras, solían decir: “Si entra basura, sale basura”. Era una manera de explicar que la computadora solamente trabajaba con la información que se ponía en la máquina.
Si queríamos resultados distintos, necesitábamos introducir información diferente.
Con las computadoras, la mayoría de la gente no tiene problemas para entender este concepto, pero cuando se trata de su mente, no parecen entenderlo. O posiblemente, no quieren comprenderlo. Muchas cosas exigen su atención y ruegan por su concentración, y no son solo cosas pecaminosas. El apóstol Pablo dijo que aunque todo le estaba permitido, no todo le convenía (vea 1 Corintios 6:12).
Si usted va a ganar la batalla de la mente y a derrotar a su enemigo, es crucial dónde enfoque su atención. Entre más medite en la Palabra de Dios, se volverá más fuerte y podrá ganar las victorias con mayor facilidad.
Demasiados cristianos no se dan cuenta de la diferencia entre meditar en la Biblia y leer la Biblia. Les gusta pensar que cada vez que leen la Palabra de Dios, están absorbiendo las cosas profundas de Dios.
Muy a menudo la gente lee un capítulo de la Biblia, y cuando llega al último versículo, no tienen idea de lo que acaban de leer. Los que meditan en la Palabra de Dios son aquellos que piensan—y piensan seriamente—en lo que están leyendo.
Quizá no lo digan de esa manera, pero están diciendo: “Dios, háblame. Enséñame. Mientras medito en tu Palabra, revélame su profundidad”.
En los epígrafes del capítulo cité el Salmo 1. Este salmo comienza definiendo a la persona que es bienaventurada, y luego señala las acciones correctas de esa persona.
El salmista escribió que los que meditan—y que lo hacen de día y de noche—son como árboles fructíferos…y que todo lo que hacen prosperará.
El salmista es bastante claro en que meditar en la Palabra de Dios, y pensar en ella, genera resultados. A medida que usted medite en quién es Dios y lo que está diciéndole, usted va a crecer.
Realmente es así de simple. Otra manera de decirlo es que usted se convierte en aquello en lo que se enfoca. Si usted lee y permite que su mente se enfoque en el amor y el poder de Dios, eso es lo que opera en usted. El apóstol Pablo lo dice hermosamente en:
Filipenses 4:8:
“…todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”.
Es triste, pero la mayoría de los cristianos no se esfuerzan mucho en el estudio de la Palabra. Van a escuchar a otros enseñar y predicar, es probable que escuchen grabaciones y lean la Biblia ocasionalmente, pero no están dedicados a hacer de la Palabra de Dios una parte importante de su vida.
Tenga cuidado con lo que piensa. Entre más piense en cosas buenas, su vida tendrá un mejor aspecto. Entre más piense en Jesucristo y los principios que Él enseñó, más se volverá como Jesús y se volverá más fuerte. Y a medida que usted crezca, ganará la batalla de su mente.
Oración
Señor Dios, ayúdame a pensar en las cosas que te honran. Llena mi vida con hambre por más de ti y de tu Palabra para que todo lo que haga prospere. Te pido eso por medio de Jesucristo. Amén.
No Comments