La vision de Dios para ud.
La visión de Dios para usted
Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. JEREMÍAS 29:11
El plan de Dios para las personas de la nación de Israel era solamente para su bien. No obstante ellos deambularon en el desierto durante cuarenta años en lo que era de hecho un viaje de once días.
¿Por qué?
¿Fueron sus enemigos, sus circunstancias, las pruebas a lo largo del camino o algo completamente distinto lo que evitó que llegaran puntualmente a su destino?
Dios sacó a los hijos de Israel del cautiverio de Egipto para que fueran a la tierra que les había prometido darles como una herencia perpetua—una tierra que fluía con leche y miel y toda cosa buena que pudieran imaginar—una tierra en la que no habría escasez de nada de lo que necesitaran; una tierra de prosperidad en cada plano de su existencia.
Pero los israelitas no tenían una visión positiva para su vida; no tenían sueños. Sabían de dónde venían, pero no sabían dónde iban. Todo estaba basado en lo que habían visto en el pasado o en lo que podían ver en el presente. No sabían cómo ver con “los ojos de la fe”.
Realmente no deberíamos ver a los israelitas con asombro, porque la mayoría de nosotros hacemos lo mismo que ellos. Seguimos tratando con los mismos problemas una y otra vez. El decepcionante resultado es que nos toma años experimentar la victoria sobre algo que se podría haber resuelto rápidamente: yo vengo de un trasfondo de abuso.
Cuando una niñez está llena de temor y tormento, ¡y su personalidad es un desastre! Esta persona edifica muros de protección para evitar que la gente lo hiriera, sin darse cuenta de que al dejar fuera a los demás, también se está encerrando a sí mismo. Estaba persona está llena de temor, y cree que la única manera en la que puede enfrentar la vida es estar en control para que nadie lo hiriera.
Cuando llega a Cristo y segué el estilo de vida cristiano, Sabe de dónde viene, Pero no sabe para dónde va. Aún puede sentir que su futuro siempre estaría manchado por su pasado. Se pudiera preguntar, ¿Cómo alguien con un pasado? Así. ¿Podría estar bien alguna vez? Es imposible.
Pero eso no es verdad. Porque cuando el Espíritu Santo llega a tu vida, hace un cambio. Hace una transformación.
Mira el plan de Jesús.: “El Espíritu del Señor está sobre mí […] para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos…” (Lucas 4:18).
Jesús vino a abrir las puertas de la prisión y a liberar a los cautivos.
Usted probablemente tuvo un pasado miserable; quizá incluso se encuentre en circunstancias actuales que sean muy negativas y deprimentes. Quizá esté enfrentando situaciones tan malas que al parecer no tenga una razón real para tener esperanza. Pero yo le digo esto firmemente: ¡Su futuro no está determinado por su pasado o por su presente!
Casi toda la generación que el Señor sacó de Egipto nunca entró a la Tierra Prometida. En lugar de ello murieron en el desierto. Para mí, esta es una de las cosas más tristes que le puede suceder a un hijo de Dios: tener tanto a su disposición y, sin embargo, no ser capaz de disfrutar nada de ello.
Comience a creer que la Palabra de Dios es cierta.
Marcos 9:23 le asegura que con Dios todas las cosas son posibles. Como usted sirve a un Dios que creó todo lo que usted ve desde el plano invisible (vea Hebreos 11:3), usted puede entregarle su insignificancia y verlo trabajar a su favor. Todo lo que tiene que hacer es tener fe en Él y creer su Palabra; ¡Él hará lo demás!
Oremos.
Querido Padre, gracias por amarme y tener una visión—un buen plan—para mi vida. Te pido que me ayudes a vencer cualquier pensamiento negativo de problemas, del pasado o del presente que venga contra mi mente, y haz de mi vida lo que tú quieres que sea. Amén.
Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. JEREMÍAS 29:11
El plan de Dios para las personas de la nación de Israel era solamente para su bien. No obstante ellos deambularon en el desierto durante cuarenta años en lo que era de hecho un viaje de once días.
¿Por qué?
¿Fueron sus enemigos, sus circunstancias, las pruebas a lo largo del camino o algo completamente distinto lo que evitó que llegaran puntualmente a su destino?
Dios sacó a los hijos de Israel del cautiverio de Egipto para que fueran a la tierra que les había prometido darles como una herencia perpetua—una tierra que fluía con leche y miel y toda cosa buena que pudieran imaginar—una tierra en la que no habría escasez de nada de lo que necesitaran; una tierra de prosperidad en cada plano de su existencia.
Pero los israelitas no tenían una visión positiva para su vida; no tenían sueños. Sabían de dónde venían, pero no sabían dónde iban. Todo estaba basado en lo que habían visto en el pasado o en lo que podían ver en el presente. No sabían cómo ver con “los ojos de la fe”.
Realmente no deberíamos ver a los israelitas con asombro, porque la mayoría de nosotros hacemos lo mismo que ellos. Seguimos tratando con los mismos problemas una y otra vez. El decepcionante resultado es que nos toma años experimentar la victoria sobre algo que se podría haber resuelto rápidamente: yo vengo de un trasfondo de abuso.
Cuando una niñez está llena de temor y tormento, ¡y su personalidad es un desastre! Esta persona edifica muros de protección para evitar que la gente lo hiriera, sin darse cuenta de que al dejar fuera a los demás, también se está encerrando a sí mismo. Estaba persona está llena de temor, y cree que la única manera en la que puede enfrentar la vida es estar en control para que nadie lo hiriera.
Cuando llega a Cristo y segué el estilo de vida cristiano, Sabe de dónde viene, Pero no sabe para dónde va. Aún puede sentir que su futuro siempre estaría manchado por su pasado. Se pudiera preguntar, ¿Cómo alguien con un pasado? Así. ¿Podría estar bien alguna vez? Es imposible.
Pero eso no es verdad. Porque cuando el Espíritu Santo llega a tu vida, hace un cambio. Hace una transformación.
Mira el plan de Jesús.: “El Espíritu del Señor está sobre mí […] para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos…” (Lucas 4:18).
Jesús vino a abrir las puertas de la prisión y a liberar a los cautivos.
Usted probablemente tuvo un pasado miserable; quizá incluso se encuentre en circunstancias actuales que sean muy negativas y deprimentes. Quizá esté enfrentando situaciones tan malas que al parecer no tenga una razón real para tener esperanza. Pero yo le digo esto firmemente: ¡Su futuro no está determinado por su pasado o por su presente!
Casi toda la generación que el Señor sacó de Egipto nunca entró a la Tierra Prometida. En lugar de ello murieron en el desierto. Para mí, esta es una de las cosas más tristes que le puede suceder a un hijo de Dios: tener tanto a su disposición y, sin embargo, no ser capaz de disfrutar nada de ello.
Comience a creer que la Palabra de Dios es cierta.
Marcos 9:23 le asegura que con Dios todas las cosas son posibles. Como usted sirve a un Dios que creó todo lo que usted ve desde el plano invisible (vea Hebreos 11:3), usted puede entregarle su insignificancia y verlo trabajar a su favor. Todo lo que tiene que hacer es tener fe en Él y creer su Palabra; ¡Él hará lo demás!
Oremos.
Querido Padre, gracias por amarme y tener una visión—un buen plan—para mi vida. Te pido que me ayudes a vencer cualquier pensamiento negativo de problemas, del pasado o del presente que venga contra mi mente, y haz de mi vida lo que tú quieres que sea. Amén.

No Comments