Advertencia para los que confían en sí mismos

Advertencia para los que confían en sí mismos

Presten atención, ustedes que dicen: «Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad y nos quedaremos un año. Haremos negocios allí y ganaremos dinero». 14 ¿Cómo saben qué será de su vida el día de mañana? La vida de ustedes es como la neblina del amanecer: aparece un rato y luego se esfuma. 15 Lo que deberían decir es: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello». SANTIAGO 4:13–15, NTV

Estos versos nos llaman a reflexionar sobre la fragilidad de la vida y la importancia de reconocer la soberanía de Dios en nuestros planes.

La reflexión clave es que no debemos hacer planes con arrogancia, como si tuviéramos control total sobre el futuro, sino que debemos decir "si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello". Esta actitud refleja humildad y dependencia de la voluntad divina, en contraste con la jactancia y la soberbia de planificar sin considerarlo.

La vida es incierta:
El pasaje compara la vida con una neblina que aparece por un momento y luego se desvanece, recordándonos que es corta e impredecible.

No actuar con soberbia:
Es incorrecto planificar y jactarse como si el futuro dependiera de uno mismo, creyendo que se tiene el control absoluto de las acciones y la vida.

Aceptar la voluntad de Dios:
La actitud correcta es reconocer la voluntad de Dios, someternos a Él y expresar nuestros planes con la convicción de que, si Él lo permite, podremos llevarlos a cabo.

El contraste:
Santiago contrasta la humildad y la dependencia de Dios con la arrogancia de aquellos que solo piensan en sí mismos y sus propios planes. Esto refleja un ateísmo práctico en la vida diaria.

Demasiados cristianos planean su vida conforme a lo que ellos quieren hacer. Es como si dijeran:
“Muy bien Dios, esto es lo que voy a hacer. Espero que te parezca bien”.
¡Santiago llama a esto jactancia! “Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala” (4:16).

Dios nos llama a vivir—aquí y ahora—pero a vivir un día a la vez. Hay muchas personas que se jactan por allí; deciden lo que quieren y esperan que todo corra suavemente. Ese también puede ser un truco de Satanás. Si puede hacer que se enfoquen en mañana o en el próximo año, no tienen que tratar con los problemas de su vida en este momento. Pueden vivir en un mundo de solo cosas buenas que suceden en el futuro. ¿No es eso como conducir un coche por la carretera e ignorar lo que está justo frente a nosotros por estar demasiado enfocados en la señal de alto cinco cuadras adelante? Nos estamos preparando para un naufragio.

Ninguno de nosotros sabe lo que está delante. Podemos pensar y planificar, pero depende de Dios hacer que esos planes sucedan. Pocas personas parecen saber cómo vivir cada día al máximo. Eso significa vivir en el ahora y disfrutar la vida como es. Si vemos hacia adelante, lo hacemos diciendo: Dios muéstrame tu voluntad para que no me jacte o corra delante de ti”.

Jesús nos prometió una vida de abundancia (vea Juan 10:10). Pero no podemos entrar en esa abundancia si no estamos estregando nuestra vida por completo a Él. No pase el día de hoy planificando el mañana y evite los asuntos que lo están confrontando ahora. Este es uno de los trucos más viejos del diablo: planificar para mañana e ignorar el hoy.

Oremos
Mi Padre celestial, por favor ayúdame a vivir el hoy. Recuérdame que tu voluntad es más importante que cualquier cosa en mi vida. Ayúdame a no permitirle a Satanás a hacerme pensar tanto acerca del mañana que falle en vivir el hoy en una manera que te agrade. Te pido esto en el nombre de Jesús. Amén.

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