El Señor resplandezca sobre nosotros
El Señor resplandezca sobre nosotros
Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz." Números 6:24-26 (RVR1960)
A medida que se acerca el a fin de este año, podemos apreciar los detalles de la creación de una manera poderosa, por ejemplo en el arreglo que Dios hizo del universo, el paso del tiempo está marcado por días, meses, estaciones y años.
Experimentamos cada intervalo de veinticuatro horas al día, alrededor de treinta días al mes y varios meses por estación, sin interrupción.
Pero cuando el año está por terminar, a menudo nos sentimos sorprendidos de lo rápido qué ha pasado el tiempo y nos preguntamos a dónde se fueron los últimos 365 días.
En el ajetreo de nuestras vidas, sería fácil dejar que el año termine sin darle tanta importancia.
Pero En estos días que faltan para el fin de año es una oportunidad única para apartar un tiempo especial de oración personal y comunión con el Señor sobre el año que acabamos de vivir. Al abrirle nuestro corazón a Él, podemos concluir el año de una manera significativa y prepararnos para el nuevo año que se avecina.
Permitir que el Señor resplandezca sobre nosotros
Al comenzar nuestro tiempo dedicado con el Señor y abrirle nuestro corazón, Él tiene la oportunidad de resplandecer sobre nosotros y hacernos conscientes de cualquier pecado que aún no hayamos tratado.
Dado que los pecados que cometemos interrumpen nuestra comunión con el Señor, no podemos ignorarlos. Necesitamos confesar nuestros pecados a Él.
En 1 Juan 1:9 se nos dice:
“Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados, y limpiarnos de toda injusticia”.
Cuando confesamos nuestros pecados, experimentamos el perdón y la limpieza de Dios. Es bueno mantener cuentas cortas con el Señor y no permitir que se acumulen los pecados no confesados. No queremos cargar con nada que afecte negativamente nuestro andar con el Señor en el nuevo año. Al tratar con cualquier pecado sin resolver, podemos comenzar el nuevo año de manera positiva.
Apreciar el cuidado del Señor para con nosotros
En nuestro tiempo con el Señor, podemos reflexionar sobre cómo Él nos ha cuidado, tanto material como espiritualmente, durante este último año. Esto inspira en nosotros un sentimiento de gratitud al recordar cómo el Señor ha sido nuestro Pastor, cuidándonos sin falta tanto en nuestras circunstancias difíciles como en ocasiones alegres.
Mientras recordamos ejemplos de la fidelidad de Dios, podemos dar testimonio como lo hizo el profeta Jeremías en Lamentaciones 3:22-23:
“Por la benevolencia amorosa de Jehová no hemos sido consumidos, pues no fallan Sus compasiones. Nuevas son cada mañana; grande es Tu fidelidad”.
Cada mañana durante este último año, sin importar la condición en la que estuvimos, fuimos recibidos con las tiernas compasiones de Dios.
Para pensar.
Reflexionar sobre los detalles de nuestro año nos hace ver Su gran fidelidad hacia nosotros, en los asuntos grandes y pequeños. Sin duda, nuestros corazones se llenarán de agradecimiento y alabanzas hacia Él.
Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz." Números 6:24-26 (RVR1960)
A medida que se acerca el a fin de este año, podemos apreciar los detalles de la creación de una manera poderosa, por ejemplo en el arreglo que Dios hizo del universo, el paso del tiempo está marcado por días, meses, estaciones y años.
Experimentamos cada intervalo de veinticuatro horas al día, alrededor de treinta días al mes y varios meses por estación, sin interrupción.
Pero cuando el año está por terminar, a menudo nos sentimos sorprendidos de lo rápido qué ha pasado el tiempo y nos preguntamos a dónde se fueron los últimos 365 días.
En el ajetreo de nuestras vidas, sería fácil dejar que el año termine sin darle tanta importancia.
Pero En estos días que faltan para el fin de año es una oportunidad única para apartar un tiempo especial de oración personal y comunión con el Señor sobre el año que acabamos de vivir. Al abrirle nuestro corazón a Él, podemos concluir el año de una manera significativa y prepararnos para el nuevo año que se avecina.
Permitir que el Señor resplandezca sobre nosotros
Al comenzar nuestro tiempo dedicado con el Señor y abrirle nuestro corazón, Él tiene la oportunidad de resplandecer sobre nosotros y hacernos conscientes de cualquier pecado que aún no hayamos tratado.
Dado que los pecados que cometemos interrumpen nuestra comunión con el Señor, no podemos ignorarlos. Necesitamos confesar nuestros pecados a Él.
En 1 Juan 1:9 se nos dice:
“Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados, y limpiarnos de toda injusticia”.
Cuando confesamos nuestros pecados, experimentamos el perdón y la limpieza de Dios. Es bueno mantener cuentas cortas con el Señor y no permitir que se acumulen los pecados no confesados. No queremos cargar con nada que afecte negativamente nuestro andar con el Señor en el nuevo año. Al tratar con cualquier pecado sin resolver, podemos comenzar el nuevo año de manera positiva.
Apreciar el cuidado del Señor para con nosotros
En nuestro tiempo con el Señor, podemos reflexionar sobre cómo Él nos ha cuidado, tanto material como espiritualmente, durante este último año. Esto inspira en nosotros un sentimiento de gratitud al recordar cómo el Señor ha sido nuestro Pastor, cuidándonos sin falta tanto en nuestras circunstancias difíciles como en ocasiones alegres.
Mientras recordamos ejemplos de la fidelidad de Dios, podemos dar testimonio como lo hizo el profeta Jeremías en Lamentaciones 3:22-23:
“Por la benevolencia amorosa de Jehová no hemos sido consumidos, pues no fallan Sus compasiones. Nuevas son cada mañana; grande es Tu fidelidad”.
Cada mañana durante este último año, sin importar la condición en la que estuvimos, fuimos recibidos con las tiernas compasiones de Dios.
Para pensar.
Reflexionar sobre los detalles de nuestro año nos hace ver Su gran fidelidad hacia nosotros, en los asuntos grandes y pequeños. Sin duda, nuestros corazones se llenarán de agradecimiento y alabanzas hacia Él.

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