Poemas de Dios

Poemas de Dios
 
Porque somos hechura Suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.  
Efesios 2.10 NBLH
 
Algunos versículos resumen admirablemente nuestra vocación. Este es uno de esos textos en el que Pablo, en una frase, identifica los ingredientes indispensables para encasillar la vida dentro de los perfectos propósitos de Dios.
 
Mi buen amigo el Dr. Jim Wilder me ayudó a entender el significado de la expresión «hechura». La palabra en griego es poeima, de la cual se deriva nuestra palabra  «poema».
 
Su sentido es lo que ha sido creado especialmente por las manos de Dios. Con el tiempo, sin embargo, la expresión comenzó a asociarse con una de las formas más antiguas del arte, la poesía, que requiere una destreza creativa particular. La frase, entonces, podría traducirse «somos poemas de Dios».
 
La particularidad de un poema es que emplea versos, estrofas y ritmos para representar de manera especial la belleza, el misterio o las tragedias de la vida. Estas combinaciones se conocen como «la métrica» de una poesía. En la cultura clásica occidental el acento de la métrica gira en torno de los sonidos de las palabras. Es decir, se construían las estrofas de tal manera que tuvieran cierta musicalidad. Un buen ejemplo lo provee esta estrofa de la poesía Todavía, de Mario Benedetti:
       No lo creo todavía
       estás llegando a mi lado
       y la noche es un puñado
       de estrellas y de alegría.
 
En su creación, la palabra «todavía» rima con «alegría», y la palabra «lado» con «puñado».
El apóstol Pablo, sin embargo, piensa en la estructura hebrea de la poesía, donde la creatividad no se expresa en la rima de los sonidos, sino en la similitud de ideas. El Antiguo Testamento está repleto de ejemplos, tal como está estrofa (de Isaías 9.2, NBLH):
 
       El pueblo que andaba en tinieblas
       Ha visto gran luz;
       A los que habitaban en tierra de sombra de muerte,
       La luz ha resplandecido sobre ellos.
 
El primer concepto, en este caso, se repite con una leve variación en la segunda estrofa.
¿Qué significa declarar que somos poema de Dios? Hemos sido creados para poder tener pensamientos similares a los de Dios. Cuando se alinean con los del Señor, lo que hagamos será bueno porque coincidirá con lo que Dios quiere hacer. Este maravilloso misterio nos ayuda a entender por qué Cristo podía afirmar que sus obras y sus palabras eran las que el Padre hacía y hablaba. Caminaba en tal intimidad con el Padre que sus pensamientos estaban perfectamente sincronizados con los pensamientos de Dios.
 
Para pensar.
El libro de Hebreos nos recuerda que el pacto de Dios con su pueblo fue: poner sus leyes en el corazón y escribirlas en su mente (Hebreos 10.16). Parte del desafío que significa crecer en Cristo implica aprender a distinguir aquellos pensamientos que son similares a los de Dios. Solamente practicando aprenderemos a vivir mejor sintonizados con la mente del Señor.

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