Ayuno Dia 11
Dia 11
La santidad
¿Quién subirá al monte de Jehová?
¿Y quién estará en su lugar santo?
4 El limpio de manos y puro de corazón; El que no ha elevado su alma a cosas vanas, Ni jurado con engaño. Salmos 24:3-4
14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor Hebreos 12:14.
No hay nada mejor que beber agua purificada. El sabor es refrescante. Soy muy exigente con el sabor del agua. Puedo darme cuenta si el agua tiene un olor o sabor desagradable. Es por eso que gasto el dinero para reemplazar el filtro de mi refrigerador cada seis meses. Cuando nos acercamos a Dios, debemos venir con un corazón limpio y puro.
La pureza requiere limpiar cosas en nuestra vida. Requiere deshacernos de las partes sucias y muertas que nos contaminan. Las cosas muertas huelen horrible. La pureza es hermosa. El agua pura se ve clara. Cuando miro a través del agua sin filtrar, mi vista es turbia. Pero cuando miro a través del agua pura, puedo ver a través de ella. Por eso Pablo dice que sin santidad, no podremos ver al Señor.
La santidad es muy criticada a veces. La gente que no sigue a Jesús habla mal de la santidad por considerarla rígida y moralista. Algunos piensan que la santidad es algo inalcanzable y su importancia, afirmando que ellos simplemente viven por gracia. Sin embargo, la santidad es un proceso de purificación para nuestras vidas.
Cuando vivimos con las manos limpias y el corazón puro, vivimos en una hermosa y refrescante libertad. La santidad no nos sujeta, nos da la libertad de volar. Como cristianos, debemos vivir de manera diferente al mundo. Pablo también nos enseña: “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. (2 Corintios 7:17).
La santidad significa que estamos separados del mundo porque pertenecemos a Dios. No tocamos lo que toca el mundo. Si lo hacemos, nos contaminamos y nuestra vida se vuelve impura. Entonces nublamos nuestra visión de Dios. Para purificarnos, debemos mantenernos alejados de lo que el mundo nos vende como deseable. Es, de hecho, destructivo y sólo nos lleva a la esclavitud.
Sólo si vives en la santidad de Dios, podrás caminar en libertad.
Para pensar:
¿Qué contamina tu vida y te hace impuro? ¿Dónde necesitas que el Espíritu Santo trabaje en tu vida para traer pureza de corazón?
Oración
Dios, escudriña mi corazón y purifícame. Hazme santo como Tú lo eres. Libérame de toda mentira y engaño para que pueda caminar en pureza y en verdad.
La santidad
¿Quién subirá al monte de Jehová?
¿Y quién estará en su lugar santo?
4 El limpio de manos y puro de corazón; El que no ha elevado su alma a cosas vanas, Ni jurado con engaño. Salmos 24:3-4
14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor Hebreos 12:14.
No hay nada mejor que beber agua purificada. El sabor es refrescante. Soy muy exigente con el sabor del agua. Puedo darme cuenta si el agua tiene un olor o sabor desagradable. Es por eso que gasto el dinero para reemplazar el filtro de mi refrigerador cada seis meses. Cuando nos acercamos a Dios, debemos venir con un corazón limpio y puro.
La pureza requiere limpiar cosas en nuestra vida. Requiere deshacernos de las partes sucias y muertas que nos contaminan. Las cosas muertas huelen horrible. La pureza es hermosa. El agua pura se ve clara. Cuando miro a través del agua sin filtrar, mi vista es turbia. Pero cuando miro a través del agua pura, puedo ver a través de ella. Por eso Pablo dice que sin santidad, no podremos ver al Señor.
La santidad es muy criticada a veces. La gente que no sigue a Jesús habla mal de la santidad por considerarla rígida y moralista. Algunos piensan que la santidad es algo inalcanzable y su importancia, afirmando que ellos simplemente viven por gracia. Sin embargo, la santidad es un proceso de purificación para nuestras vidas.
Cuando vivimos con las manos limpias y el corazón puro, vivimos en una hermosa y refrescante libertad. La santidad no nos sujeta, nos da la libertad de volar. Como cristianos, debemos vivir de manera diferente al mundo. Pablo también nos enseña: “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. (2 Corintios 7:17).
La santidad significa que estamos separados del mundo porque pertenecemos a Dios. No tocamos lo que toca el mundo. Si lo hacemos, nos contaminamos y nuestra vida se vuelve impura. Entonces nublamos nuestra visión de Dios. Para purificarnos, debemos mantenernos alejados de lo que el mundo nos vende como deseable. Es, de hecho, destructivo y sólo nos lleva a la esclavitud.
Sólo si vives en la santidad de Dios, podrás caminar en libertad.
Para pensar:
¿Qué contamina tu vida y te hace impuro? ¿Dónde necesitas que el Espíritu Santo trabaje en tu vida para traer pureza de corazón?
Oración
Dios, escudriña mi corazón y purifícame. Hazme santo como Tú lo eres. Libérame de toda mentira y engaño para que pueda caminar en pureza y en verdad.
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