Nuestro abogado

«Pero yo he rogado por ti, que tu fe no falle.».
Lucas 22:32
¡Cuán alentador es pensar en la incesante intercesión del Redentor en favor nuestro!
Cuando oramos, él aboga por nosotros; y cuando no oramos, el defiende nuestra causa y, por sus súplicas, nos protege de los daños invisibles.
Observa la palabra de aliento dirigida a Pedro: «Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo, pero…»
¿qué? ¿Ve y ora por ti? Este hubiera sido un buen consejo, pero no es lo que hallamos escrito. Ni le dijo: «Pero yo te mantendré alerta y así serás preservado»: esto hubiera sido una gran bendición; pero no, lo que le dijo fue: «Yo he rogado por ti, que tu fe no falte».
Poco conocemos lo que debemos a las oraciones de nuestro Señor. Cuando lleguemos a la cumbre del Cielo y miremos todo el camino por el cual el Señor nuestro Dios nos ha guiado, ¡cómo alabaremos al que, ante el Trono eterno, desbarató el daño que Satanás estaba haciendo en la tierra!
¡Cuántas gracias le daremos porque él nunca estuvo en silencio, sino que día y noche mostró las heridas de sus manos y llevó nuestros nombres en su pectoral!
Aun antes que Satanás empezara a tentarnos, Jesús lo anticipó e introdujo una petición en el Cielo. La misericordia le gana la carrera a la malicia. Observa: él no dice: «Satanás os ha zarandeado y, por tanto, yo rogaré», sino: «Satanás os ha pedido». Él ataja a Satanás aun en sus mismos deseos. Jesús no dice: «Pero yo he deseado rogar por ti». No, sino que expresa: «Yo he rogado por ti, ya lo he hecho; he ido al tribunal e iniciado una réplica antes de que se presentase la acusación».
¡Oh Jesús, cuánto nos alienta saber que tú has defendido nuestra causa contra nuestros enemigos invisibles, que has desactivado sus minas, y que has desenmascarado sus emboscadas.
En esto tenemos motivo para el gozo, la gratitud, la esperanza, y la confianza.
Para pensar:
Crees que estas solo, piensas que el esta lejos, déjame decirte, el nunca te abandona, aunque no lo veas, en el mundo espiritual suceden cosas que tu no sabes, pero el siempre interviene por ti.


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