Elevemos accionarial de gracias por todo
ELEVEMOS ACCIÓN DE GRACIAS POR TODOS
«Así que recomiendo, ante todo, que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos» (1 Timoteo 2: 1).
Pablo nos recomienda que elevemos oraciones...y acciones de gracias por todos, incluyendo tanto a quienes son creyentes como a quienes no lo son todavía, porque esto es bueno y agradable a Dios nuestro Salvador. Orar por todas las personas y sus necesidades, trae paz y tranquilidad a nuestra vida. Dios quiere que llevemos una vida piadosa y digna. Nos dió a Su Hijo Jesucristo para salvarnos del pecado y fuera ejemplo de vida para nosotros. Jesús nos enseña a perdonar, amar, a ser buenos, piadosos, humildes, amables ... Y a conocer la verdad.
Algunas veces entramos en discusiones los unos con los otros. Nos dejamos atrapar en debates y disputas sin importancia. Y olvidamos que eso no agrada a nuestro Señor.
Pablo animó a los cristianos a orar por todas las personas, «sin enojo ni contiendas». Todos necesitamos de la oración. Todos tenemos necesidad de algo que puede resultar apremiante.
Cuando somos generosos con los demás, y los incluimos en nuestras oraciones diarias agradecidos por nuestra salvación, y humildes por el maravilloso amor de Dios hacia nosotros, firmes en nuestra creencia en Cristo como nuestro Salvador y unidos en oración con otros creyentes, entonces nuestras oraciones son poderosas y producen incontables frutos.
«Así que recomiendo, ante todo, que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos» (1 Timoteo 2: 1).
Pablo nos recomienda que elevemos oraciones...y acciones de gracias por todos, incluyendo tanto a quienes son creyentes como a quienes no lo son todavía, porque esto es bueno y agradable a Dios nuestro Salvador. Orar por todas las personas y sus necesidades, trae paz y tranquilidad a nuestra vida. Dios quiere que llevemos una vida piadosa y digna. Nos dió a Su Hijo Jesucristo para salvarnos del pecado y fuera ejemplo de vida para nosotros. Jesús nos enseña a perdonar, amar, a ser buenos, piadosos, humildes, amables ... Y a conocer la verdad.
Algunas veces entramos en discusiones los unos con los otros. Nos dejamos atrapar en debates y disputas sin importancia. Y olvidamos que eso no agrada a nuestro Señor.
Pablo animó a los cristianos a orar por todas las personas, «sin enojo ni contiendas». Todos necesitamos de la oración. Todos tenemos necesidad de algo que puede resultar apremiante.
Cuando somos generosos con los demás, y los incluimos en nuestras oraciones diarias agradecidos por nuestra salvación, y humildes por el maravilloso amor de Dios hacia nosotros, firmes en nuestra creencia en Cristo como nuestro Salvador y unidos en oración con otros creyentes, entonces nuestras oraciones son poderosas y producen incontables frutos.
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