Callados para no complicarte
Callados para no complicarte
“Porque: «Quien quiera amar la vida y pasar días felices, cuide su lengua de hablar mal y sus labios de decir mentiras;” 1 Pedro 3:10 DHH
Muchos de nosotros nos metemos en problemas por no refrenar nuestra lengua. En muchas ocasiones no nos es necesario hablar, pero terminamos hablando y como dicen en mi País Cuba: “metemos la pata”.
Hay comentarios durante el día que podríamos evitar, hay palabras de nuestra boca que no son necesarias pronunciarlas y mucho menos sin son para dañar la reputación de alguien. La mayoría de nosotros hablamos y luego analizamos lo que hablamos, cuando lo más correcto seria analizar lo que vas a hablar, antes de hablarlo.
¿Cuántas veces nos hemos metido en problemas por decir cosas que no eran necesarias decir?, ¿Cuántas veces hemos hecho sentir mal a alguien con alguna palabra que no era necesaria pronunciarla?, ¿Cuántas bendiciones hemos perdido por no refrenar nuestra boca?, ó ¿Cuánto daño hemos hecho con ese miembro tan pequeño de nuestro cuerpo como lo es la lengua?
Todos queremos vivir en armonía en nuestro hogar, con nuestra familia, con nuestros hermanos de la iglesia, con nuestros compañeros de trabajo o amigos, entonces refrenemos nuestra lengua de hablar mal, desecha todo lo que no edifique, comienza a practicar el buen habito de quedarte callado cuando no tienes nada bueno de que hablar.
En muchas ocasiones yo he querido decir un comentario o dar una respuesta por determinada acción, pero en muchas de esas ocasiones no en todas, he evitado decirlas porque en mi mente y mi corazón hay algo que me dice: “Los resultados de esas palabras no serán buenos”, es ahí en donde prefiero morderme la lengua y quedarme callado, para evitar consecuencias que no traerá nada provechoso.
Así mismo te invito a que cada día luchemos por crear el hábito de quedarnos callados y refrenar nuestra lengua cuando no hay nada positivo e inteligente que decir. Se que en muchas ocasiones nos será muy difícil, pero de eso se trata la vida cristiana, de negarnos a nosotros mismos y comenzar a hacer la voluntad de nuestro Padre Celestial. Amén
“Mi boca hablará sabiduría, Y el pensamiento de mi corazón inteligencia” Salmos 49:3
“Porque: «Quien quiera amar la vida y pasar días felices, cuide su lengua de hablar mal y sus labios de decir mentiras;” 1 Pedro 3:10 DHH
Muchos de nosotros nos metemos en problemas por no refrenar nuestra lengua. En muchas ocasiones no nos es necesario hablar, pero terminamos hablando y como dicen en mi País Cuba: “metemos la pata”.
Hay comentarios durante el día que podríamos evitar, hay palabras de nuestra boca que no son necesarias pronunciarlas y mucho menos sin son para dañar la reputación de alguien. La mayoría de nosotros hablamos y luego analizamos lo que hablamos, cuando lo más correcto seria analizar lo que vas a hablar, antes de hablarlo.
¿Cuántas veces nos hemos metido en problemas por decir cosas que no eran necesarias decir?, ¿Cuántas veces hemos hecho sentir mal a alguien con alguna palabra que no era necesaria pronunciarla?, ¿Cuántas bendiciones hemos perdido por no refrenar nuestra boca?, ó ¿Cuánto daño hemos hecho con ese miembro tan pequeño de nuestro cuerpo como lo es la lengua?
Todos queremos vivir en armonía en nuestro hogar, con nuestra familia, con nuestros hermanos de la iglesia, con nuestros compañeros de trabajo o amigos, entonces refrenemos nuestra lengua de hablar mal, desecha todo lo que no edifique, comienza a practicar el buen habito de quedarte callado cuando no tienes nada bueno de que hablar.
En muchas ocasiones yo he querido decir un comentario o dar una respuesta por determinada acción, pero en muchas de esas ocasiones no en todas, he evitado decirlas porque en mi mente y mi corazón hay algo que me dice: “Los resultados de esas palabras no serán buenos”, es ahí en donde prefiero morderme la lengua y quedarme callado, para evitar consecuencias que no traerá nada provechoso.
Así mismo te invito a que cada día luchemos por crear el hábito de quedarnos callados y refrenar nuestra lengua cuando no hay nada positivo e inteligente que decir. Se que en muchas ocasiones nos será muy difícil, pero de eso se trata la vida cristiana, de negarnos a nosotros mismos y comenzar a hacer la voluntad de nuestro Padre Celestial. Amén
“Mi boca hablará sabiduría, Y el pensamiento de mi corazón inteligencia” Salmos 49:3
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