No tengas temor

No tengas temor
Aun cuando yo pase por el valle más oscuro, no temeré, porque tú estás a mi lado. Tu vara y tu cayado me protegen y me confortan”. Salmo 23:4 (NTV)

¿Qué cosas te preocupan? ¿Tus decisiones? ¿Tu salud? ¿Tus finanzas? ¿Tus hijos? ¿Te preocupa el futuro? El hecho es que hay muchas razones para tener temores en el mundo de hoy. Pero la promesa de Dios es que, aún en tus valles más oscuros, Él está caminando a tu lado.

Es interesante notar que hay 365 versículos en la Biblia que dicen, “No tengas temor”. ¡Dios nos proporcionó un “No tengas temor” para cada día del año! ¿No crees que Dios está diciendo, “entiéndeme; no tengas temor?” Es interesante que casi cada vez que Dios le habla a alguien en la Biblia, lo primero que dice es, “¡No temas!”
¿Por qué? Porque nuestras heridas y complejos pueden causar que pensemos frecuentemente que Dios está en nuestra contra, que todo lo que quiere es condenarnos y castigarnos. Pero eso simplemente no es cierto. Jesús es la prueba de ello.

Cuando comprendemos la gracia y la misericordia de Dios, entonces no tenemos necesidad de temer al futuro. Dios no está intentando desquitarse contigo. Jesús ha tomado la culpa por todo lo que alguna vez has hecho mal o harás mal. Él pagó por eso en la cruz.
Un creyente no tiene por qué sentirse atrapado en el remordimiento. Isaías nos dice que Dios nos perdona de tal manera, que olvida nuestro pecado como si nunca hubiera ocurrido: “Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados” (Is 43.25).  
Así que cuando algo malo ocurra, no tienes que pensar, “Dios se está vengando de mí”. Por el contrario, recuerda, La fe en Cristo hace posible que una persona sea perdonada. “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo”

Oremos:
“Padre en esta hora vengo ante ti para entregarte mis miedos, tú conoces perfectamente cuáles son por eso te pido que me ayudes a luchar contra eso y ser libre de todo temor que me quiera hacer daño, robar la paz y alejarme del propósito que tienes para mí. En el nombre de Jesús, amén.”


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