Amando a Dios en todo tiempo

AMANDO A DIOS EN TODO TIEMPO
«El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor» ( 1Juan 4:8).

Amar a Dios es una forma de vida que no depende de las circunstancias. Depende de nuestro conocimiento de Quién es Dios. Él es amor. Amor puro y sincero. Cuando en realidad lo conocemos, lo amamos y confiamos plenamente en Él, sin importar los tiempos que que estemos atravesando o las circunstancias difíciles que nos toquen enfrentar.
Confiar en Dios es caminar con Él en los tiempos buenos o malos.
Amar a Dios es rehusarnos a sentir temor y a dudar. Es Rechazar a  sentir resentimiento, amargura, falta de perdón o una actitud de odio ante lo que sobrevenga por muy doloroso que esto sea.
La oración y la guía del Espíritu Santo nos ayuda a no materializar  esos malos pensamientos que pretende sembrar en todos nosotros  el enemigo del alma.
A todos nos toca pasar pruebas en la vida, que solo Dios puede sacar algo bueno de ellas, por imposible que parezca. Solo Él sabe cómo lo hace.
Amar a Dios quiere decir amar a otros. Es orar por esas personas y pedirle que le muestre en que puede ayudarlos. Es dar palabras de esperanza, consuelo y seguridad, afirmando que Dios las ama y que no las ha olvidado.
Demostremos nuestro amor a Dios alabándolo y adorándolo por todo lo que Él ha hecho en nuestras vidas y déle gracias anticipadas por las cosas buenas que pronto traerá de su situación.

Para pensar.
El amor transforma vidas, piensa en cuanto el te ama a pesar de todo...



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