Evalúa tus palabras

Evalúa tus palabras
 
“La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos.” Proverbios 18:21


Nuestras palabras tienen un impacto poderoso en nuestra vida y en la de quienes nos rodean. Con ellas podemos edificar, animar y bendecir, pero también podemos destruir, desanimar y herir. Dios nos ha dado el don del habla, y como hijos suyos, debemos usarlo con sabiduría y amor.

Jesús dijo que “de la abundancia del corazón habla la boca” (Mateo 12:34).
Lo que decimos refleja lo que hay en nuestro interior. Si queremos hablar con gracia y verdad, primero debemos llenar nuestro corazón con la Palabra de Dios y la guía del Espíritu Santo.
Santiago 3:5 compara la lengua con un fuego: aunque es pequeña, puede causar un gran incendio. Por eso, es esencial que tomemos conciencia de nuestras palabras y aprendamos a dominarlas. Antes de hablar, preguntémonos:
• ¿Esto glorifica a Dios?
• ¿Bendice a quien me escucha?
• ¿Trae vida o destrucción?


Las palabras no se las lleva el viento, las palabras dejan huella, tienen poder e influyen positiva o negativamente.
Cuando conozcas el poder de las palabras, descubrirás la bendición del silencio.
Un gran pensador decía:
«Cuida tus pensamientos porque se convertirán en tus palabras. Cuida tus palabras porque se convertirán en tus actos. Cuida tus actos, porque se convertirán en tus hábitos. Cuida tus hábitos porque se convertirán en tu destino».
El lenguaje en el momento adecuado es capaz de someter, liberar, poner a favor o en contra a las personas que lo presencian.
Para pensar.
Toma un momento para evaluar tus palabras. Habla con intención, elige bendecir en lugar de criticar y edificar en lugar de destruir. Pide al Espíritu Santo que te ayude a cuidar tu lengua y a hablar siempre con amor.
¡Que tu lengua hoy sea instrumento de bendición!

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