Lo hicisteis por mi
Lo hicisteis por mi
35 Pues tuve hambre, y me alimentaron. Tuve sed, y me dieron de beber. Fui extranjero, y me invitaron a su hogar. 36 Estuve desnudo, y me dieron ropa. Estuve enfermo, y me cuidaron. Estuve en prisión, y me visitaron”.
40 “Respondiendo el Rey, les dirá: «En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos míos, aun a los más pequeños, a mí lo hicisteis».”
¿Tiene sentido aliviar el dolor de una persona en una época en la que millones sufren? ¿Tiene sentido dar de comer a un hambriento? ¿Vestir a un desnudo? ¿Consolar a uno que sufre la pérdida de un ser querido? ¿Visitar a uno que está en la cárcel?
La respuesta es sí, aunque solo sea uno.
Tiene sentido porque estamos hablando de un hijo de Dios.
Porque además, un favor hecho al hambriento, al sediento, al desnudo, al preso, es como hacérselo a Dios mismo.
Tiene sentido, en última instancia, porque para el Padre celestial cada hijo suyo cuenta. Y la mayor demostración de que cada ser humano cuenta para Dios es que, por uno solo de nosotros, Cristo habría venido a este mundo.
Para pensar.
Que está en tu corazón cuando das al necesitado, cuando visitas a un enfermo o cuando vas a la cárcel a ver una persona que no conoces...
35 Pues tuve hambre, y me alimentaron. Tuve sed, y me dieron de beber. Fui extranjero, y me invitaron a su hogar. 36 Estuve desnudo, y me dieron ropa. Estuve enfermo, y me cuidaron. Estuve en prisión, y me visitaron”.
40 “Respondiendo el Rey, les dirá: «En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos míos, aun a los más pequeños, a mí lo hicisteis».”
¿Tiene sentido aliviar el dolor de una persona en una época en la que millones sufren? ¿Tiene sentido dar de comer a un hambriento? ¿Vestir a un desnudo? ¿Consolar a uno que sufre la pérdida de un ser querido? ¿Visitar a uno que está en la cárcel?
La respuesta es sí, aunque solo sea uno.
Tiene sentido porque estamos hablando de un hijo de Dios.
Porque además, un favor hecho al hambriento, al sediento, al desnudo, al preso, es como hacérselo a Dios mismo.
Tiene sentido, en última instancia, porque para el Padre celestial cada hijo suyo cuenta. Y la mayor demostración de que cada ser humano cuenta para Dios es que, por uno solo de nosotros, Cristo habría venido a este mundo.
Para pensar.
Que está en tu corazón cuando das al necesitado, cuando visitas a un enfermo o cuando vas a la cárcel a ver una persona que no conoces...
No Comments