Jesús ora...

Jesús ora...

“Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.” – Mateo 26:39
 
Getsemaní no fue solo un lugar de angustia, fue un altar de entrega. Allí, Jesús nos mostró la forma más pura de obediencia: una oración sincera en medio de la presión, un corazón dispuesto a rendirse aunque el alma esté angustiada hasta la muerte.
 
En ese jardín, el Hijo de Dios cayó rostro en tierra, y con sudor como gotas de sangre, se sometió a la voluntad del Padre. Su oración no fue para cambiar el plan divino, sino para alinearse completamente con Él. ¡Qué ejemplo de humildad, de confianza y de amor!
 
Hoy, cuando enfrentes tus propios “Getsemaní”, recuerda que la oración no siempre cambia las circunstancias, pero siempre puede cambiar tu corazón.

Busca el rostro de Dios con sinceridad, y como Jesús, dile: “no se haga mi voluntad, sino la tuya.”
Para pensar.
Estas dispuesto hoy, que El haga su voluntad y no la tuya...

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